La luna en la alquimia
En la alquimia la luna es un símbolo andrógino, que representa el rey y la reina en su boda química, la luna también representa la plata; y dado que la luna es iluminada por los rayos del sol también se considera femenina. En la iconografía cristiana la luna representa a la Virgen María, y representa a la Diosa Madre en diversas tradiciones del Neo-paganismo; tanto la Virgen María como la diosa de la madre son representados de pie o en un trono sobre una luna creciente.
En la tradición antigua, la luna era considerada como dador
de la humedad y el gobernante del signo de agua Cáncer, ya que el cáncer es la
casa de Luna que da a la humedad.
Por otra parte, la luna tiene una fuerte influencia en la alegoría
alquímica, pues guarda los secretos del rocío o la “savia de la vida”, se
dice que esta savia de la vida está oculta en Mercurio.
Aunque la influencia de la luna se destacó desde la
antigüedad, con la alquimia se expresa una sutileza diferente. Si bien la
alegoría de rocío que viene de la luna todavía está presente, también se le
identifica con la mirifica aqua, que extrae las almas de los cuerpos o le da a
los cuerpos la vida y el alma; así, junto con Mercurio, la luna
“rocia al dragón desmembrado con su agua y le restituye la vida”.
Dado que muchos alquimistas eran médicos también, la opinión
del médico griego Galeno sobre la luna sin duda influenció en
gran medida de el concepto de la luna; Galeno decía sobre la luna:
“Con razón gobierna este reino terrenal, superando a los
otros planetas no en potencia, sino en las proximidades”.
También afirmó que la luna era la responsable de todos los cambios
físicos en la enfermedad y la salud, y consideraba sus aspectos tan
decisivos para el pronóstico.



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